La relación laboral de un futbolista profesional destaca por ser especial. Por lo tanto, se trata de una vinculación profesional diferente a las demás.
Primero, es especial por el servicio que se presta. Los clubes pagan a los futbolistas por su profesionalidad y labor en los terrenos de juego. Incluso, se introducen incentivos por el rendimiento individual y colectivo, incluyéndose logros deportivos.
Asimismo, la duración de la relación laboral es determinada en el tiempo y suele ser corta. La carrera de un futbolista profesional tiene una corta vida en la que se persigue el cobro del salario más alto posible.
Por ello, el contrato de trabajo de un futbolista profesional incluye disposiciones diferentes a las cláusulas estándar de los contratos de trabajo. ¿Cuál debe ser el contenido esencial de un contrato de trabajo de un futbolista profesional? En concreto, podrían citarse los siguientes elementos:
- La redacción personalizada de las cláusulas del contrato, huyendo de los modelos genéricos que puedan ofrecer las federaciones y/o competiciones.
- La inclusión de una cláusula de rescisión clara y nítida que señala una cantidad numérica que se ajuste al valor de mercado que pudiera tener el futbolista.
- La descripción del salario que le corresponde percibir al jugador, ya sean cantidades fijas o variables.
- La cesión de los derechos de imagen del futbolista, determinándose los porcentajes aplicables.
- La introducción de una cláusula de jurisdicción y ley aplicable, concretándose si debe acudirse en caso de conflicto a los juzgados o tribunales nacionales o al Tribunal Administrativo del Deporte.
- El establecimiento de la duración del contrato, que debe ir en función de las temporadas deportivas.
En todo caso, podrían citarse otros requisitos y formalidades. Pero, resulta obvio que estos contratos cuentan con elementos específicos y dinámicos que generan conflictos.
